Desde 1994 la Fundación “Por el Arte hacia la Vida” toma el arte
como espacio de prevención, asistencia y reinserción social de grupos
en riesgo. En sus talleres de música, cine, teatro, plástica, diseño
gráfico, computación y reciclado de PC participan más de 200 jóvenes de
la Ciudad.
Buenos Aires, 7 jul (Infocívica).- "Promover la inclusión social a
través del incentivo y el fortalecimiento de las capacidades
artísticas." Es el propósito sostiene la Fundación “Por el Arte hacia
la Vida”, situada en el barrio de Barracas. En sus talleres participan
más de 200 jóvenes de la Ciudad de Buenos Aires.
“Aquí los jóvenes participan de acuerdo a aquello que les gusta y
les genera deseo. Es una forma de trabajar en la reinserción social a
partir del despliegue de las potencialidades que cada uno tiene”,
explicó Maria Celestina Malagoli, presidenta de la ONG.
Los talleres expresivos que realizan son pintura, historieta,
fotografía, teatro, cine y música. Entre las actividades formativas,
por otro lado, se dictan clases de computación, reparación de PC,
cocina, talabartería y tapiz.
“Este es un lugar de paso para los chicos: la idea es que los
talleres les permitan seguir desarrollándose en otro ámbito. Así se van
reestableciendo los lazos sociales”, contó Malagoli. Y agregó: “El
joven acá adquiere herramientas para desempeñarse en la sociedad”.
Para hacer posible este camino, la Fundación trabaja en red con
organizaciones sociales, asociaciones barriales, clubes, colegios y
distintas áreas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y del
Gobierno Nacional.
En este sentido funciona la prevención inespecífica, perspectiva en
la que se enmarca la labor de Por el Arte Hacia la Vida. “Es una
estrategia que busca reforzar la capacidad de las personas y de la
comunidad. No ataca un único problema sino que apunta a las condiciones
de vida en general y a las posibilidades de integración en la
sociedad”, dijo la especialista.
A su vez, la ONG realiza capacitaciones destinadas a educadores,
comunicadores sociales, padres, personal penitenciario, asistentes
sociales y todas aquellas personas que por su profesión y desempeño se
encuentran en contacto con población adolescente en situación de
vulnerabilidad.
Con la colaboración del Estado Nacional, la Fundación lleva adelante
el proyecto “Parador Arte y vida” en un predio de 2000 m2 cedido por el
ONABE. El mismo consta de 8 arcos bajo las vías del ferrocarril, dos de
los cuales ya han sido acondicionados mediante la construcción de
salones de usos múltiples, cocina y baños.
“Para promover la dignidad de las personas, es necesario que nuestro
trato con los jóvenes sea digno y que el espacio al que los convocamos
también lo sea. Por eso trabajamos en la creación de este parador”,
apuntó Malagoli.
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